Perdona, ¿QUIÉN ERES?

Hace relativamente poco que escribo este blog, pero ya llevo el tiempo suficiente para darme cuenta (y hartarme) de que las palabras hacen crecer el ego como la espuma.
Estoy cansado de leer blogs de gente que, por escribir un poco mejor que la media, por tener un poco de imaginación, por tener una ligera capacidad para pintar o lo que sea, creen que son artistas.

En parte lo entiendo, yo también me creo Dios, o Lorca, cuando escribo una buena historia, una buena crítica, o en general cuando estoy satisfecho con mi trabajo; pero no me las doy de artista. En el momento en el que te denominas artista, dejas de aprender. Que cada uno se lo denomine cuando quiera, a mi todavía me quedan décadas.

Lo que me ha hecho saltar es una actualización del personaje X alegrándose a sus… ¿20 años?, de haber evolucionado psicologicamente y haber logrado convertirse en un artista.

¿Queréis mi opinión? Si tienes 20 años, no eres una rara excepción y te denominas artista significa que eres un marginado social que solo encuentra placer en la autosatisfacción de proclamarte “especial”. Eso, o que lees con demasiada frecuencia a Poe.

Espero que ahora nadie piense que me creo un crítico profesional; simplemente tengo 18 años, leí un blog, y me puse de mala ostia.


Artistas en potencia somos todos, artistas con potencia son solo unos pocos.



Postdata: yo también sé escribir de manera profunda, con un deje melancólico y una pizca de sufrimiento personal, sobre la perdida de mi infancia en una sociedad que no me comprendía y sobre unos padres que nunca entendieron el hecho de que pudiera amar la cultura japonesa por su simplicidad y misticismo.

¡Oh! ¡Pero si soy un poeta y no lo sabía!