lunes, 18 de octubre de 2010

Un mito cualquiera.

Eros y Psique.

En una ciudad de Grecia había un rey y una reina que tenían tres hijas. Las dos primeras eran hermosas. Para ensalzar la belleza de la tercera, llamada Psique, no es posible hallar palabras en el lenguaje humano.

Tan hermosa era que sus conciudadanos, y un buen número de extranjeros, acudían a admirarla. Incluso dieron en compararla a la propia Venus, y no advirtieron que, al descuidar los ritos debidos a esta diosa, tal vez estaban atrayendo sobre la bella y bondadosa joven un destino funesto. Venus, la diosa que está en el origen de todos los seres, herida en su orgullo, encargó a su hijo Eros: "Haz que Psique se inflame de amor por el más horrendo de los monstruos" y, dicho esto, se sumergió en el mar con su cortejo de nereides y delfines.

Psique, con el correr del tiempo, fue conociendo el precio amargo de su hermosura. Sus hermanas mayores se habían casado ya, pero nadie se había atrevido a pedir su mano: al fin y al cabo, la admiración es vecina del temor... Sus padres consultaron entonces al oráculo: "A lo más alto contestó la llevarás del monte, donde la desposará un ser ante el que tiembla el mismo Júpiter". El corazón de los reyes se heló, y donde antes hubo loas, todo fueron lágrimas por la suerte fatal de la bella Psique. Ella, sin embargo, avanzó decidida al encuentro de la desdicha.

Sobre un lecho de roca quedó muerta de miedo Psique, en lo alto del monte, mientras el fúnebre cortejo nupcial se retiraba. En estas que se levantó un viento, se la llevó en volandas y la depositó suavemente en un pradera cuajada en flor. Tras el estupor inicial Psique se adormeció. Al despertar, la joven vio junto al prado una fuente, y más allá un palacio. Entró en él y quedó asombrada por la factura del edificio y sus estancias; su asombro creció cuando unas voces angélicas la invitaron a comer de espléndidos platos y a acostarse en un lecho. Cayó entonces la noche, y en la oscuridad sintió Psique un rumor. Pronto supo que su secreto marido se había deslizado junto a ella. La hizo suya, y partió antes del amanecer.

Pasaron los días por la soledad de Psique, y con ellos sus noches de placer. En una ocasión su desconocido marido le advirtió: "Psique, tus hermanas querrán perderte y acabar con nuestra dicha". "Mas añoro mucho su compañía dijo ella entre sollozos. Te amo apasionadamente, pero querría ver de nuevo a los de mi sangre". "Sea ", contestó el marido, y al amanecer se escurrrió una vez más de entre sus brazos. De día aparecieron junto a palacio sus hermanas y le preguntaron, envidiosas, quién era su rico marido. Ella titubeó, dijo que un apuesto joven que ese día andaba de caza y, para callar su curiosidad, las colmó de joyas. Poco antes de que anocheciera, Psique tranquilizó a sus hermanas y las despidió hasta otra ocasión.

Con el tiempo, y como no podía ser de otra forma, Psique quedó encinta. Pidió entonces a su marido que hiciera llegar a sus hermanas de nuevo, ya que quería compartir con ellas su alegría. Él rezongó pero, tras cruzar parecidas razones, acabó accediendo. Al día siguiente llegaron junto a palacio sus hermanas. Felicitaron a Psique, la llenaron de besos y de nuevo le preguntaron por su marido. "Está de viaje, es un rico mercader, y a pesar de su avanzada edad..." Psique se sonrojó, bajó la cabeza y acabó reconociendo lo poco que conocía de él, aparte de la dulzura de su voz y la humedad de sus besos... "Tiene que ser un monstruo ", dijeron ellas, aparentemente horrorizadas, "la serpiente de la que nos han hablado. Has de hacer, Psique, lo que te digamos o acabará por devorarte". Y la ingenua Psique asintió.

Cuando esté dormido, dijeron las hermanas, coge una lámpara y este cuchillo y córtale la cabeza". Enseguida partieron, y dejaron sumida a Psique en un mar de turbaciones. Pero cayó la noche, llegó con ella el amor que acostumbraba y, tras el amor, el sueño. La curiosidad y el miedo tiraban de Psique, que se revolvía entre las sábanas. Decidida a enfrentar al destino, sacó por fin de bajo la cama el cuchillo y una lámpara de aceite. La encendió y la acercó despacio al rostro de su amor dormido. Era... el propio dios Cupido, joven y esplendoroso: unos mechones dorados acariciaban sus mejillas, en el suelo el carcaj con sus flechas. La propia lámpara se avivó de admiración; la lámpara, sí, y una gota encendida de su aceite cayó sobre el hombro del dios, que despertó sobresaltado.

Al ver traicionada su confianza, Cupido se arrancó de los brazos de su amada y se alejó mudo y pesaroso. En la distancia se volvió y dijo a Psique: "Llora, sí. Yo desobedecí a mi madre Venus desposándote. Me ordenó que te venciera de amor por el más miserable de los hombres, y aquí me ves. No pude yo resistirme a tu hermosura. Y te amé... Que te amé, tú lo sabes. Ahora el castigo a tu traición será perderme". Y dicho esto se fue. Quedó Psique desolada y se dedicó a vagar por el mundo buscando recuperar, inútilmente, el favor de los dioses: la cólera de Venus la perseguía.
La diosa finalmente dio con ella, menospreció el embarazo de la joven, le dio unos cuantos sopapos y la encerró con sus sirvientas Soledad y Tristeza.

El caso es que Venus decició someter a Psique a varias pruebas, convencida de que no podría superarlas; mas acudieron en ayuda de la joven las compasivas hormigas, las cañas de los ríos y las aves del cielo.
La última prueba, en cambio, fue la más terrible: Psique bajó a los infiernos en busca de una cajita que contenía hermosura divina. En el camino de regreso, sin embargo, quiso ella misma ponerse un poco y, al abrir la caja, un sueño insoportable se abatió sobre ella. Y habría muerto, de no ser porque Cupido, su loco enamorado, acudió a despertarla: "Lleva rápidamente la cajita a mi madre, que yo intentaré arreglarlo todo" dijo, y se fue volando. En la morada de los dioses, a petición de Cupido, Zeus determinó que los amantes podían vivir juntos. Así que Hermes raptó a Psique y la llevó al cielo, donde se hizo inmortal. Y fueron juntos felices Eros y Psique y a su debido tiempo tuvieron una niña a la que en la tierra llamamos Voluptuosidad.

=)



(Gracias a Ephe por la idea).

domingo, 17 de octubre de 2010

Arte.

Llevo varias semanas dando arte y estoy convencido de que acerté, la asignatura es interesante y, aunque tiene mucha materia, creo que merece la pena. Quien sabe, puede que mañana me encontreis en un museo mirando ese "nosequé" que hace que la gente se quede mirando las esculturas durante mucho rato.
Durante estas semanas analizamos la arquitectura, la escultura y la pintura grecolatina y, sin duda alguna, ya tengo una obra favorita que me perseguirá a partir de ahora.

Hermes con el niño Dionisio.





Hermes transporta al bebe Dionisio hacia su nuevo hogar cuando, en un alto en el camino, le ofrece unas uvas. Simbología del vino (Baco).

Y también:
Venus de Cnido.


Se realizan dos interpretaciones de la obra; la primera es que Afrodita es sorprendida y corre a coger una capa para taparse, la segunda, que ella misma aparta las ropas y con orgullo señala su pubis, como símbolo de su poder.



Os Quiero! :)

miércoles, 13 de octubre de 2010

Torcidos por los mitos.

Me alegra que, con mucho plástico de por medio, me inculquen esto en el subconsciente.

Los poetas y pensadores deponen las armas y se quedan helados.
La fama es nuestro grave delito como estrellas y masoquistas.
Somos una generación torcida por nuestros mitos, confusa y absurda que se apoya en el amor.
Consumidos por el placer de los medios. Perdiendo el control.
Empecemos la resistencia, busquemos la independencia.
Démosle al mundo algo de esto: besos eléctricos.
Cambiemos el mundo con nuestros labios. Seremos libres.
Paz, amor, soledad y felicidad.


(Sigo defendiendo lo que me hace respirar)


Os Quiero! :)

domingo, 10 de octubre de 2010

Trozos de vidas.



2010, Londres.
Él estaba sentado en la escalera para incendios del viejo edificio que alquilaba por unas 450 libras al mes, bebía una cerveza empezada la noche anterior y fumaba el primer cigarrillo de la mañana.
Los degastados pantalones y la raída camiseta sin mangas blanca contrastaban con una camisa de lana a cuadros marrones que imitaba el color castaño de su largo pelo despeinado
Mientras la brisa de las 9 acariciaba su desatendida barba escribía en su cuaderno fogonazos de recuerdos y algún que otro trozo, de unas vidas que no existian.


Oscurece en Londres…
El recuerdo de mi madre dándome la espalda aun martillea mi cabeza y no puedo dejar de pensar en los eternos 15 años de mi hermano pequeño.
La noche está llena de charcos y encuentro la luz de neón antes de verla con los ojos.
“La chaise de l'ange”, café- bar.
A la izquierda de la entrada se extiende una barra, el camarero que ronda los 50, lleva una chaqueta blanca llena de manchas; me mira y me pone un whiskey. Algo demasiado fuerte para mis 22 años.
Las mesas que rodean el viejo Baldwin están envejecidas y  algunos ingleses se sientan mirando a una mujer entrada en años que bien podría ser la esposa del camarero, pero que hoy hace el rol de presentadora.
El único foco de la sala apuntó hacia ella nada mas aparecer;  una pequeña chica morena vestida completamente de blanco que se acerca al piano y que agradece los aplausos con una escueta reverencia. Empieza a tocar.
“Si volviera a enamorarme, quisiera que entendieras lo raro que soy.
No puedo dejar de buscar algo hermoso, de perder la cabeza hablando en círculos.
Busco algo increíble.
Mamá, tu niño está hambriento de cosas maravillosas (de cosas maravillosas)”
Antes de que acabe la canción salgo corriendo del bar, y tras casi ser atropellado en dos ocasiones, llego a casa donde, abriendo una cerveza, pongo rostro a la canción que acabo de escuchar.


Cerrando el cuaderno de notas tararea los restos música que quedan en su cabeza y mira el suelo de la calle que queda a varios metros a sus pies sonriendo.


9:05 un empresario se levanta apurado y peinandose en el cristal de la ventana observa como un chico en el edificio de enfrente se acerca al borde de la escalera de incendios sonrriendo. A la vez mira el suelo. Es tarde, y no tiene tiempo de llamar a una ambulancia. Si este hombre hubiese llegado tarde al trabajo lo habrían despedido, y puede que hubiera encontrado un trabajo mejor. O no, no importa.
Una camarera recoge los cafés de los últimos clientes en una cafetería que se encuentra frente a un edificio antiguo a ladrillo descubierto cuando ve a un hombre en la escalera de incendios del edificio antiguo,por lo que parece, mira embobado a una chica rubia que pasea por la calle. La camarera enfurruñada decide salir esta noche a buscar el amor.
Un niño es atendido en una terraza acompañado por su madre cuando le pregunta a esta qué es lo que está mirando el gato que tan cómodamente dormita en el tejado del edificio de enfrente mirando hacia abajo.
Un gato blanco con parte del pelaje negro que casualmente responde al nombre de Sol mueve rítmicamente la cola en el tejado de un edificio observando, gracias a la proximidad, como un hombre que está al borde de una escalera de incendios se agarra con fuerza para no caer al vacío mientras tararea:
“… No puedo dejar de buscar algo hermoso, de perder la cabeza hablando en círculos.
Busco algo increíble.
Mamá, tu niño está hambriento de cosas maravillosas (de cosas maravillosas)…”
Mientras tanto una colilla enciende lentamente el edredón de su cama.

Más tarde un periodista finaliza la noticia sobre el incendio del edificio antiguo rapidamente para poder salir esta noche con sus amigos. Va a conocer a una hermosa camarera que atendió a un niño que le preguntó a su madre que porqué el gato blanco del tejado miraba a un hombre que buscaba algo maravilloso.

“Al fin lo encontré” y cierra el diario.

jueves, 7 de octubre de 2010

Hambriento de algo maravilloso.

Espero que te alegres cuando sepas…





…que sigo defendiendo todo lo que me sienta bien,




…todo lo que me hace sonreír.








Defenderé cualquier cosa que logre poner mi corazón en marcha.

Courtly love.


J.: Saints do not move, though grant for prayer´s sake.
R.: Then move not while my prayer´s effect I take.
 He kiss her.
R.: Thus from my lips, by thine my sin is purged.
J.: Then have my lips the sin that they have took.
R.: Sin from my lips? O, trespass sweetly urged! Give me my sin again.
 He kiss her.



Yea, noise? Then I´ll be brief. O happy dagger!
This is thy sheath; there rust; and let me die.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Looking for something crazy.

Me gustan los anuncios de Aquarius:

“Cuando naces, todos ríen mientras que tú, lloras.
Vive tu vida de manera en que…
Cuando mueras, tú te rías, mientras todos los demás lloren”.


=)

Buscando algo increíble.
Escribí una canción sobre tus ojos.
Mientras, comía tarta de cereza.

“Debemos creer en Dios".


En todo el universo, el ser humano no es más que algo que por casualidad, surgió, y que en cierto tiempo desaparecerá. No somos más importantes que un microorganismo nacido en la quinta galaxia del sistema nosequé del planeta nosecuanto.
Debido a que esto para algunas personas es incomprensible, se necesita una pequeña motivación, algo que nos diga que, todo cuanto hagamos, será para algo.
Y como respuesta psicológica nació Dios.
Dios nació para facilitar la existencia en esta vida, para creernos importantes, para que soñemos con mejorar y mejorar… sin límites. Cuando la realidad es que en unos cuantos millones de años, no quedará ni rastro de nosotros.
Por ello: Dios debe de estar en la base de cualquier sociedad.


*En esta vida solo busco una cosa, trabajar la Fama; lograr pasar a la siguiente vida donde sea inmortal, viviendo en el recuerdo de todos, formando parte del Reino, que solo será eterno si creo en Dios.

El planeta Americano.



Vicente Verdú escribe este ensayo como un ataque directo a América y toda la cultura americana. En pocas palabras dice que son imbéciles y (sin ellos realmente querer) nos están invadiendo.
Es bastante obvio que cualquier cosa desarrollada se come a una menos desarrollada. No solo es América-España, también es España-África, España-Argentina blah blah blah.
A lo que voy es a que Verdú critica a América por influenciar a España, en lugar de hacer un buen ensayo sobre la desaparición de las culturas poco desarrolladas por culpa del progreso.
Pero claro… poner “América” en el título… vende.

GOD BLESS AMÉRICA.