domingo, 10 de octubre de 2010

Trozos de vidas.



2010, Londres.
Él estaba sentado en la escalera para incendios del viejo edificio que alquilaba por unas 450 libras al mes, bebía una cerveza empezada la noche anterior y fumaba el primer cigarrillo de la mañana.
Los degastados pantalones y la raída camiseta sin mangas blanca contrastaban con una camisa de lana a cuadros marrones que imitaba el color castaño de su largo pelo despeinado
Mientras la brisa de las 9 acariciaba su desatendida barba escribía en su cuaderno fogonazos de recuerdos y algún que otro trozo, de unas vidas que no existian.


Oscurece en Londres…
El recuerdo de mi madre dándome la espalda aun martillea mi cabeza y no puedo dejar de pensar en los eternos 15 años de mi hermano pequeño.
La noche está llena de charcos y encuentro la luz de neón antes de verla con los ojos.
“La chaise de l'ange”, café- bar.
A la izquierda de la entrada se extiende una barra, el camarero que ronda los 50, lleva una chaqueta blanca llena de manchas; me mira y me pone un whiskey. Algo demasiado fuerte para mis 22 años.
Las mesas que rodean el viejo Baldwin están envejecidas y  algunos ingleses se sientan mirando a una mujer entrada en años que bien podría ser la esposa del camarero, pero que hoy hace el rol de presentadora.
El único foco de la sala apuntó hacia ella nada mas aparecer;  una pequeña chica morena vestida completamente de blanco que se acerca al piano y que agradece los aplausos con una escueta reverencia. Empieza a tocar.
“Si volviera a enamorarme, quisiera que entendieras lo raro que soy.
No puedo dejar de buscar algo hermoso, de perder la cabeza hablando en círculos.
Busco algo increíble.
Mamá, tu niño está hambriento de cosas maravillosas (de cosas maravillosas)”
Antes de que acabe la canción salgo corriendo del bar, y tras casi ser atropellado en dos ocasiones, llego a casa donde, abriendo una cerveza, pongo rostro a la canción que acabo de escuchar.


Cerrando el cuaderno de notas tararea los restos música que quedan en su cabeza y mira el suelo de la calle que queda a varios metros a sus pies sonriendo.


9:05 un empresario se levanta apurado y peinandose en el cristal de la ventana observa como un chico en el edificio de enfrente se acerca al borde de la escalera de incendios sonrriendo. A la vez mira el suelo. Es tarde, y no tiene tiempo de llamar a una ambulancia. Si este hombre hubiese llegado tarde al trabajo lo habrían despedido, y puede que hubiera encontrado un trabajo mejor. O no, no importa.
Una camarera recoge los cafés de los últimos clientes en una cafetería que se encuentra frente a un edificio antiguo a ladrillo descubierto cuando ve a un hombre en la escalera de incendios del edificio antiguo,por lo que parece, mira embobado a una chica rubia que pasea por la calle. La camarera enfurruñada decide salir esta noche a buscar el amor.
Un niño es atendido en una terraza acompañado por su madre cuando le pregunta a esta qué es lo que está mirando el gato que tan cómodamente dormita en el tejado del edificio de enfrente mirando hacia abajo.
Un gato blanco con parte del pelaje negro que casualmente responde al nombre de Sol mueve rítmicamente la cola en el tejado de un edificio observando, gracias a la proximidad, como un hombre que está al borde de una escalera de incendios se agarra con fuerza para no caer al vacío mientras tararea:
“… No puedo dejar de buscar algo hermoso, de perder la cabeza hablando en círculos.
Busco algo increíble.
Mamá, tu niño está hambriento de cosas maravillosas (de cosas maravillosas)…”
Mientras tanto una colilla enciende lentamente el edredón de su cama.

Más tarde un periodista finaliza la noticia sobre el incendio del edificio antiguo rapidamente para poder salir esta noche con sus amigos. Va a conocer a una hermosa camarera que atendió a un niño que le preguntó a su madre que porqué el gato blanco del tejado miraba a un hombre que buscaba algo maravilloso.

“Al fin lo encontré” y cierra el diario.

2 comentarios:

  1. Qué bueno poder encontrar estas cosas por aquí, con sólo un par de saltos, aquí estoy, me gusta lo que leo.

    Un saludo.

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  2. hace tiempo que no pasaba por aqui... no sé si es porque estoy en estos dias paseando por las calles de Londres o que... pero me aventuraría a decir que escribes mejor que cuando empezé a leerte :)
    ...y eso que a mi los "trozos" no se me dan bien... que me dejan una sensación de insatisfacción...

    (ps. espero que tanto el como el hermano pequeño y sus eternos quince años haya salido ilesos del incendio)

    Un beso desde el Southbank

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